Haz las paces con tu stash
Baja un dedo sí…
...tienes tanta lana como para tejer hasta el fin de tus días.
...en tu stash hay lana muy cara pero que sabes que no vas a tejer.
...has comprado lana por impulso y ahora no te llega para ningún proyecto en concreto.
...te sientes culpable por la lana que tienes acumulada.
...has dicho más de una vez que no vuelves a comprar lana hasta que tejas lo que tienes.
¿Cuántos dedos te quedan levantados?
Si eres de las que ha bajado más de dos dedos tienes un pequeño problema con tu stash, y hoy, vamos a hablar de ello.
Yo era de esas pero, este año he aprendido a relacionarme con mi stash de una manera más saludable. Toma asiento, ¡te cuento un poco de mi “stash story”!
A día de hoy y sin haber contabilizado las dos últimas madejas que compré en marzo, ni los dos últimos proyectos que he terminado este mes, mi Ravelry me dice que tengo documentados más de 90 km de lana en mi casa.
Esto son unos 20 km más que cuándo me mudé a Holanda. A pesar de todo lo que he tejido en 2020 y de todo lo que he regalado. Comencé a tener un stash cuando vivía en Madrid, allí tenía todo tipo de lanas desde que empecé a tejer más en serio hace unos 10 años. Tenía lanas acrílicas que usaba para hacer Yarn Bombing, tenía lanas muy bonitas y muy guays que no me atrevía a tejer y tenía lanas “para trabajar” que son la pila de lanas que suelo tener para hacer mis diseños. Cuando me mudé a Francia hace 3 años y empecé a diseñar full time, reorganicé por primera vez mi stash de manera que creía que sabía lo que tenía. Metí cada “set de proyecto” en una bolsa perfectamente etiquetada con toda la información para poder ir liquidando uno tras otro los patrones que estaban en mi wishlist. Cómo bien has acertado, este momento nunca llegó y mi stash siguió creciendo hasta que cuando me mudé a Holanda tenía la friolera de 10 cajas sólo para lana.
Cuando llegué a la que es mi casa hoy en Ámsterdam, busqué una asociación a la que donar toda la lana que sabía que no iba a tejer. Lana que estaba sin ovillar o venía ya ovillada pero que no entraba dentro de mis planes tejeriles de aquí a 3 años. Así, me quité unas 4 de las 10 cajas. El resto lo coloqué perfectamente documentado en Ravelry en un armario con puertas para que allí permaneciera intacto durante otro año más. Supongo que esta historia te suena, ¿verdad?
La revolución y la magia llegó el día que decidí apuntarme con mis amigos al Mistery Kal 20 de Stephen West. La tarde que tuve que buscar en mi stash 4 madejas para el Kal todo cambió para mí stash y para mí, y nuestra relación no volvió a ser la misma.
Para poder tejer el Slip Stravaganzza tuve que romper un combo que tenía planificado para el Star Flake, el patrón del West Mistery Kal del año anterior y que, por supuesto, no había ni ovillado. En ese momento, me dije; “si alguna vez tejes el Star Flake, ¡ya veremos!”. Y me puse a ovillar.
Tejer el Slip Stravaganzza en compañía ha sido una de las mejores decisiones de mi 2020. El resultado del chal ha sido lo de menos pero, todo lo que he aprendido de mi capacidad para superar mi perfeccionismo y mi stress creativo ha sido una experiencia muy guay y me ha reconciliado mucho con mi stash y con mi tejido de relax. Desde octubre, siempre tengo una labor de relax en paralelo a mis diseños. Esto me reconcilia con el tejido como hobby y me hace tener la creatividad despierta.
Ahora mismo tengo más lana y, de momento, creo que no he conseguido ningún mes que la contabilidad de metros gastados y metros que entran en mi stash me cuadre pero… mi relación con mi stash está viva y me hace sentir bien.
Hace dos años, en Francia, me sentía incómoda con la cantidad de lana que tenía y casi nunca me apetecía tejer con lana de mi stash. Esto hacía que cada vez me sintiera peor y entraba en un círculo vicioso de ansiedad en el que, acababa comprando más lana para vencer la ansiedad. ¿Te suena?
Si te sientes identificada con esto, te recomiendo mucho, mucho… empezar a sanear tu relación con tu stash y para ello, lo primero que tienes que hacer es VERLO. Intenta identificar un espacio en el que puedas tener, al menos, una parte de tu stash visible. Tenerlo visible y cerca de ti, te va a hacer entender que hay en tu stash. Qué colores, qué grosores y, sobre todo, qué feelings están atrapados en él.
En su clase “Stashbusting: Make The Most Of The Yarns You Have” Clara Parkes habla de los sentimientos que nos suscitan las madejas de nuestro stash. En la mayoría de los retos para “organizar tu stash” la primera fase consiste en sacarlo todo de sus cajas para dividirlo en pilas de “me lo quedo”, “lo regalo” y “tengo dudas”.
Yo he acabado haciendo este proceso a la fuerza y a toda carrera durante mis mudanzas. Así que, hace un par de meses, cuando decidí reorganizar mi stash y dejarlo a la vista, me tomé un poco más de tiempo para ver qué sentimientos tenía al ver todas esas madejas. En mi stash hay madejas que había comprado para diseñar o madejas que tengo pendientes para hacer algún proyecto concreto, madejas que siento que ya no quiero tejer… y todas ellas, pueden ser preciosas pero, algunas de ellas me hacen sentir “culpa”, “remordimientos” o “pereza”... este tipo de sentimientos degradan la energía de tu stash y, no queremos tener un stash con una energía pocha ¿verdad que no?
En enero, catalogué todas las madejas que me faltaban por catalogar, les hice fotos, las subí a Ravelry. Luego, fui tomándome el tiempo necesario con cada pila de color para ver qué madejas quería ovillar, qué madejas quería tejer inmediatamente y qué madejas me hacían sentir feliz con mi colección de lana.
Desde febrero, lo tengo ordenado por colores en un mueble de Ikea. Antes lo tenía por hipotético proyecto y dentro de cajas. Al no verlo, no sentía la necesidad de tejer, solo tenía ganas de tejer lo que veía en mi día a día en Instagram o en los escaparates. Pero, ahora, siento que puedo elegir un patrón (del stash de patrones hablamos otro día…), ir a mi colección de lanas y elegir una combinación para ovillar en el momento y esto eleva muy alto la energía de mi stash.
La idea de poner mi stash a la vista me vino a través de una clase de Masterclass (cuyo título no consigo recordar, pero si lo hago editare este post) y de un post que hizo Kristy Glass en IG. Desde ese momento… He tejido aproximadamente unas 10/12 madejas de mi stash e incluso he tejido un chal entero con los restos de otros proyectos que tenía guardados en una tote para “algún día”.
Si esta historia te resuena… cuéntamelo en comentarios y ponte manos a la obra para darle vidilla y energía a tu stash.
Por último, me gustaría recomendarte este libro de Clara Parkes. Es un libro muy interesante que habla de las historias de los stash de distintas tejedoras (algunas de ellas muy conocidas) y que te pondrán en perspectiva de lo que significa su stash para cada una de ellas. Cuéntame si lo has leído.
3 comments
Madre mía…Yo nací con la conciencia pesada, que le vamos a hacer…Pero depués de leer este post me pesa aún más. Me siento tan identificada con cada linea. Está de sonbra decir que he bajado los 5 dedos a la primera y sin dudar. Tengo que hacer algo, ¡ya!
Cuando mencionas lo del stash de patrones me han temblado las piernas,¡socorro!
Necesitaba leer esto.¿Seré capaz de hacer algo al respecto? Ya veremos…
Gracias Soraya.
PD: Voy a por el siguiente post. Pienso leerlos uno a uno este puente.
¡Gracias, Cris! Es verdad que registrarlo en Ravelry ayuda un montonazo, es que lo que no sabemos que tenemos, lo olvidamos! ¡Me alegro un montón de haberte hecho reflexionar, ya sabes que me encanta filosofar sobre punto. ¡Gracias por leerme! :D
¡Buenas! De entrada…los cinco dedos bajados…Mira que nos cuesta gestionar esto del stash eeeehhh, y sobre todo parar de comprar lana. Ese sentimiento de culpa que nos acompaña tantas veces cuando decimos que no vamos a comprar y caemos una vez más. ¡Totalmente a favor de tener el stash a la vista!, y por supuesto registrado en su totalidad en Ravelry. Lo de no ordenarlo por proyectos futuros ya me cuesta más (eso sí, siempre a la vista, nunca en bolsa de proyecto). Y lo de dejar sin hermanito/a a alguna ya no digamos. Se me rompe el esquema mental y el corazón de la pena ja ja ja. Sí que es verdad que cada vez me gusta más la idea de buscar ese patrón y mirar el stash para ver si hay algo que me encaje, aunque en su día lo comprara para otro proyecto, y elegir como si fuera una tiendecita. Ya han salido varías cosas de ahí y me hace sentir muy bien. Muchas gracias por compartir tu sentimiento y sobre todo por hacerme reflexionar sobre la forma de relacionarme con mi stash. XXXX