En los últimos 5 años el sector profesional del punto -a nivel local- ha crecido muchísimo en cuanto a diseñadores, tintoreros, marcas, publicaciones, etc.. Esto ha hecho que paulatinamente nos vayamos familiarizando con nuevas profesiones del sector de las que antes apenas habíamos oído hablar.
Este es el caso de los editores técnicos o “tech editors”. Una figura que antes quedaba prácticamente en la sombra y con la que apenas sólo algunos diseñadores o las publicaciones teníamos contacto.
Con este post llegamos al final de la serie “¿Cómo escribir un buen patrón de punto (o crochet)?”. Espero que hayas disfrutado y que tengas estos posts siempre a mano cuando tengas dudas sobre qué incluir o qué tener en cuenta cuando te pongas frente al boceto de tu patrón.
Todos los tejedores tenemos unas nociones básicas de lo que queremos encontrar en un patrón pero, cuando nos ponemos a escribir por primera vez, empezamos a tener dudas. Si alguna vez te has sentado a escribir un patrón y te has encontrado ante el abismo de la página en blanco, sigue leyendo.
Todos los tejedores tenemos unas nociones básicas de lo que queremos encontrar en un patrón pero, cuando nos ponemos a escribir por primera vez, empezamos a tener dudas. Si alguna vez te has sentado a escribir un patrón y te has encontrado ante el abismo de la página en blanco, sigue leyendo.
Estoy segura de que muchos de vosotros estáis familiarizados con la sensación de tener un montón de ideas pajareando por la cabeza pero, al mismo tiempo, ser incapaz de aterrizar alguna de ellas en una propuesta firme y tangible. A veces, el caos creativo es tan grande que no somos capaces ni siquiera de hacer una lista para priorizar qué tareas son las más importantes y por cuáles podemos empezar a diseñar.
Hoy quiero dejaros por aquí, algunas de las rutinas que suelo poner en práctica para volver al trabajo diario después de un proyecto grande y un largo periodo de burn out creativo.